En la Sagrada Biblia hay un pasaje,
en el antiguo testamento, conocido como la casta Susana. Dicho capitulo nos
habla de una muchacha muy hermosa que se baña en la fuente de un jardín
creyendo estar a salvo de mirones o voyeurs que llaman ahora. Lo que ella
ignora es que escondidos entre los arbustos hay dos viejos libidinosos que se excitan
al verla y pretenden abusar sexualmente de su hermoso cuerpo. Esta joven era
esposa de Joaquín, un acaudalado judío con muchas influencias; y miren como la
historia se repite siempre, los dos ancianos eran jueces judíos, algo así como
procuradores para velar por la honra y la moral de sus compatriotas… y lo mismo
que ahora en Colombia, estos dos procuradores asaltaron a Susana para
satisfacer sus paciones sexuales.
La mujer ya estaba desnuda y preparándose
para sumergirse en el baño cálido con aceites y perfumes cuando los jueces le
cayeron a convencerla de que les concediera sus favores y, cuando ella se negó,
quisieron tomarla a las malas. El relato bíblico lo explica en su totalidad. El
asunto fue que el par de cuchos se quedaron con las ganas y decidieron vengarse
del rechazo. Como todos los resentidos del mundo buscaron una excusa para joderla
y la acusaron de adulterio con un joven en el jardín de su esposo; delito muy grave en la ley
judía que era castigado con la muerte. Y no era cualquier forma de morir, era
lapidación y para los que no saben significa que la acusada era sacada a un
paraje en las afueras de la ciudad y todos los que quisieran arrojarle piedras
lo hacían hasta que exhalara el último suspiro.
Aquí al procurador le creyeron que lo
había sacado la guerrilla y no que llevaba una investigación de tres años. En el
caso de Susana le creyeron a los jueces por su rectitud moral y el cargo que ocupaban,
de manera que la casta Susana fue condenada al suplicio. Pero siempre hay
alguien con mente alerta que no come cuento y aclara los asuntos. Este fue el
profeta Daniel que detiene la ejecución y pide que separen a los dos ancianos
para interrogarlos.
Por supuesto, como los dos acusadores
no se esperaban esto incurren en contradicciones y se demuestra la inocencia de
Susana. Entonces son condenados a muerte y triunfa la verdad y la inocencia. No
sé porqué tuve que contarles toda la historia solo para concluir que en mi
lugar de procedencia, como todo lo hacían y decían al revés, bautizaron de
Casta Susana a la puta del pueblo.
Edgar Tarazona Angel
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